Hace bastante tiempo que venía pensando de cómo no me había dado el tiempo de conocer un poco más del continente donde vivo. Países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Uruguay, Venezuela o Perú son algunos de los lugares que tengo en mi “to-do list”.
Por esas “casualidades” de la vida, a la llegada de mi viaje a Europa (donde hasta el más nórdico personaje que conocí estuvo en más de un país de mi lista) apareció la oportunidad, gracias a Alianza Milpa, de visitar a la comunidad Qeros en el Primer Encuentro de Semillas de los Caminos Ancestrales del Maíz organizado por la mencionada ONG. La verdad es que no tenía conocimiento de esta comunidad que ya por el sólo hecho de nombrarlos los quieres. Sencillos, querendones, agradecidos y siempre muy dispuestos al servicio me hicieron sentir en familia de inmediato.
En la modesta ciudad de Ocongate, a unos 3800msnm, desde el día anterior las mamitas y también los hombres cocinaban comunitariamente para recibir a los más de 300 invitados provenientes de varios territorios Qero para juntos celebrar en torno al maíz. El menú incluye carne de llamo, sopas y muchos platos diferentes de maíz, que ellos mismos siembran en un territorio abajo en la selva, iniciativa apoyada por Alianza Milpa y que este año les permite extender el espacio de siembra de 1 a 5 hectáreas. Constante presencia de la Mama Coca y de los curiosos y simpáticos niños que corrían de un lado a otro fueron las dosis necesarias para estar todo el día en esta reunión que claramente queda en mi memoria.